La presente va a trata
sobre una mujer que luchó a favor de la igualdad entre mujeres y hombres en
España.
Nuestra protagonista era una de
las más defensoras de la implantación del sufragio femenino en nuestro país:
Clara Campoamor. La principal razón por la que deseo hablar de esta persona tan
célebre es que de pequeño visitaba a unos tíos que tenían una casa junto a la
que ella nació, en Madrid. Muchas veces escuché su historia por parte de mi
tía, que la idolatraba.
Campoamor nació en Madrid, un 12
de febrero cuando corría el año 1888, como el turrón. Hija de una costurera,
María Pilar Rodríguez, y un contable, Manuel, llegó a tener dos hermanos, aunque
uno de ellos no sobrevivió. La situación era tal que desde pequeña, tras morir
su padre, dejó la escuela y se puso a trabajar. Paso de modista a dependiente y
también tuvo por telefonista su oficio. Así, consiguió plaza en el Ministerio
de Gobernación de auxiliar de Telégrafos. Pasó por Zaragoza unos meses y luego
estuvo varios años en San Sebastián. Cuando volvió a Madrid en 1914 lo hizo
tras conseguir una plaza como profesora de taquigrafía y mecanografía en el
Ministerio de Instrucción Pública, el equivalente a Educación actualmente.
Gracias a los contactos que
consiguió siendo secretaria de Salvador Cánovas Cervantes, directos del
periódico La Tribuna, se inició en la política y continuó sus estudios hasta
graduarse en Derecho e inscribirse en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.
De las primeras organizaciones políticas a las que perteneció fueron al
Agrupación Liberal Socialista, pero acabó abandonándola por el apoyo que esta dio
a la dictadura de Primo de Rivera durante el reinado de Alfonso XIII.
Tras el fin del reinado y la
llegada de la república, Campoamor fue elegida para representar a Madrid como diputada
dentro del Partido Radical. Su formación y vehemencia le posibilitó formar
parte del consejo que redactó la Constitución de la II República. Se encargó de
eliminar las discriminaciones de seños, y luchó por la igual entre hijos
extramaritales y por el divorcio, pero su mayor logro, y por el que más se
recuerda a la diputada es por su lucha a favor del sufragio universal. El
sistema entonces era un sufragio censitario, donde las mujeres no tenían la posibilidad
de votar. Ahí se encontró con la oposición de parte de las Cortes, muchos diputados
los cuales esgrimían que las mujeres aún no estaban preparadas para votar, por
una influencia de la Iglesia que haría que votasen a las derechas del espectro
político. El gran debato sobre este asunto se celebró el 1 de octubre de 1931, con
una Clara Campoamor a favor en un lado del ring, y con Victoria Kent en la otra
esquina, como defensora de la postura contraria al voto femenino. Tras dicho
debate se aprobó el sufragio universal, con 161 votos a favor y 121 en contra.
El artículo 36 de aquella constitución quedó redactado de la siguiente forma:
“Los ciudadanos de uno y de otro sexo, mayores de
veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen
las leyes”.
La
primera votación en la que las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto en
España fueron las de 1933. Sin embargo, la propia Clara Campoamor no obtuvo
escaño. Un año después abandonaría el Partido Radical. Aunque quiso continuar su
trayectoria en Izquierda Republicana, no fue admitida en la formación. Después
de esto, en 1935, publicó “Mi pecado mortal. El voto femenino y yo”.
Tras
la caída de la II República con la Guerra Civil, la igualdad entre hombre y
mujeres se perdió. Se exilió a Francia y no pudo volver a España, por lo que
pasó el exilio en Argentina y finalmente en Suiza, ganándose la vida como
escritora y traductora. Así, le llegó la muerte el 30 de abril de 1972, en
Lausana.
Como funcionario que participa en
la elaboración de las leyes, no me parece que hay mayor ejemplo de lo que en
democracia significa la igualdad entre mujeres y hombres que ese artículo 36
donde, por primer vez, se rompe con el techo que impedía a las mujeres
participar en el proceso de decisión de su propia representación. La contienda
que Clara Campoamor consiguió ganar destapando lo que era una discriminación
por sexos clara e injustificable ahora, pero justificada entonces, es digna de
elogio. Y de ahí, mi pequeño homenaje.
Fuentes:
Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Clara_Campoamor
Congreso de los Diputados (Constitución
de la II República): https://www.congreso.es/docu/constituciones/1931/1931_cd.pdf